En medio de una nación afectada por una crisis profunda de inseguridad y violencia, Yucatán destaca como un remanso de tranquilidad y bienestar para sus residentes. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (Inegi) confirman esta realidad, con una percepción de inseguridad de tan solo el 22.2% en Mérida, su capital. Sin embargo, surge la preocupación porque este oasis de paz está en peligro si Morena asume la gubernatura en las próximas elecciones.
Comparando los índices de inseguridad en las entidades gobernadas por Morena, la diferencia es notoria: Ciudad de México presenta una percepción de inseguridad del 75.9%, mientras que algunos municipios del Estado de México alcanzan un 80.6%, y Zacatecas sorprende con un alarmante 87.6%.
Incluso los estados vecinos de Campeche y Quintana Roo, bajo el gobierno de Morena, experimentan niveles de inseguridad preocupantes. En Yucatán, el gobierno panista de Mauricio Vila Dosal ha logrado preservar el ambiente pacífico que caracteriza a esta entidad.
Es innegable que, donde Morena llega al poder, la inseguridad y la violencia parecen apoderarse. Esto no es un incidente aislado, sino un patrón alarmante que se repite sistemáticamente en todas las áreas bajo administración morenista.
Los expertos advierten que si Morena gana las elecciones en Yucatán, existe un riesgo considerable de que la entidad pierda su condición de remanso de paz. Los resultados negativos observados en otras regiones podrían replicarse aquí.
Ante este escenario preocupante, la ciudadanía de Yucatán debe reflexionar cuidadosamente antes de votar el próximo 2 de junio. La decisión de preservar o poner en peligro el entorno de paz y tranquilidad, que actualmente distingue a la región, recae en las manos de los ciudadanos.
Por el bienestar de las generaciones actuales y futuras, sería prudente evitar comprometer el verdadero oasis de seguridad que Yucatán representa, único en medio del clima de violencia y miedo que prevalece en otras áreas bajo la administración de Morena.
