Medio Alternativo del Sureste.- El buque «Quantum of the Seas» es el ejemplo más moderno de que los viajes en alta mar han dejado de ser un riesgo para convertirse en un placer. Es el primer «smartship» del mundo, o lo que es lo mismo, el primer barco inteligente, y cuyo viaje inaugural tuvo lugar recientemente desde Nueva York.
Reservar mesa en los restaurantes con el móvil, utilizar tabletas para guiarse a través de este gigantesco navío, o abrir las puertas de los camarotes con una pulsera inteligente. Todas las aportaciones tecnológicas posibles valieron para Royal Caribbean cuando la compañía decidió adaptar su nuevo barco a los nuevos tiempos.
«Es un barco revolucionario y va a cambiar el modo en que la gente piensa en los cruceros», explicó a Efe Bill Martin, que se encargó de la aplicación de la tecnología al barco, y cuya incorporación favorita es la alta conectividad a internet que tienen los pasajeros, que tendrán difícil desconectar, incluso en vacaciones.
Así, el «Quantum of the Seas» es el primer buque en incorporar una conexión sin cable en alta velocidad a través de un satélite, algo que permite a los huéspedes estar conectados a través de sus dispositivos durante 24 horas en alta mar y compartir los recuerdos de sus vacaciones en las redes sociales.
Porque internet es indispensable hoy en día para estar conectados con nuestros conocidos, o eso es lo que opinó el vicepresidente ejecutivo de Royal Caribbean, Harri Kulovaara. «Las redes sociales pertenecen al mundo de hoy en el que viven nuestros clientes, y no podemos dejarlas pasar», dijo.
Los viajeros no se extrañarán, por lo tanto, cuando a bordo les inciten a tomarse «selfis» o a utilizar «hashtags» para etiquetar las fotografías que suban a las diferentes redes.
DISEÑO, TAMBIÉN A LA ÚLTIMA.
Esta nueva forma de concebir el espacio del barco adaptado a las exigencias tecnológicas también se traduce en su diseño. Una de las novedades más destacadas es un sistema de navegación en el que el buque se desliza por el océano ayudado por unas burbujas que él mismo crea, y que le ayudan a reducir la contaminación en las aguas.
De este modo, según Kulovaara, «la conservación del medio ambiente es algo que distingue a los buques que pretenden adaptarse a las necesidades de nuestra época».
El «Quantum of the Seas» tiene plantas depuradoras que limpian el agua antes de introducirla de nuevo en el mar, solo utiliza bombillas LED de bajo consumo y también controla los gases que emana para reducir la contaminación aérea.
Aunque la modernidad del buque también alcanza áreas tan importantes como la seguridad. Por ejemplo, los mismos brazaletes que los huéspedes utilizan para pagar sus gastos o para ingresar en sus camarotes, sirven para que la tripulación tenga un control de los pasajeros en caso de accidente.
«Si nos avisan de que alguien se ha caído al mar, pronto podemos saber si ha sido así mediante este sistema de microchips», indicó a Efe el capitán del navío, Srecko Ban, que explicó también que las pulseras tienen una función que ayuda a la tripulación a congregar a los pasajeros en espacios seguros en caso de incendio.
Sin embargo, aunque disponen de todas las nuevas tecnologías para conducir el barco, Ban considera importantísimo «no confiar del todo en lo artificial», por lo que prefiere que en el puente de mando siga habiendo un vigía para interceptar posibles peligros o estar él mismo patrullando por el interior del barco, pese a las 1.100 cámaras de seguridad.
TECNOLOGÍA Y ENTRETENIMIENTO A BORDO.
La finalidad de los viajeros en un crucero es también pasar un buen rato, por lo que este «smartship», no solo consiste en utilizar la tecnología para facilitar la experiencia a bordo, sino también para hacerla más divertida para los clientes que así lo requieran.
Por este motivo, los creadores del barco inteligente apostaron por la utilización de las nuevas tecnologías adaptadas al entretenimiento, que ahora acompañan a figuras tradicionales de la diversión como los deportes y las piscinas.
Sus aliados más extravagantes son P1L y N1C, los dos primeros camareros robots del mundo que también se encuentran en este barco. Los invitados a su bar encargan los cócteles deseados mediante unas tabletas que se reparten entre las mesas, y utilizan su brazalete inteligente personal para demostrar su mayoría de edad.
Pero estos robots -uno es macho y el otro hembra- no están solos, sino que el barco incluye una estación de «skydiving» para deslizarse, propulsándose a través del impulso de unas bombas de aire; una pista de surf que crea olas artificiales; o hasta unos autos de choque para los más atrevidos.
Todo para que viajar en alta mar vaya mucho más allá de moverse de un lugar paradisíaco a otro.
Por Anna Buj.