En 1835, Antonio López de Santa Anna derogó la Constitución de 1824 para establecer un estado centralista, lo cual violaba las condiciones de autonomía que había exigido Yucatán, para adherirse a la República Mexicana durante la Independencia de México en 1920.
No contento con las acciones de Santa Anna, el 4 de marzo de 1840, Yucatán se declara independiente de la República Mexicana en un decreto, y promulga su propia constitución de carácter liberal.
Hubo una invitación a las autoridades de Tabasco para integrarse a la nueva República de Yucatán, aunque al final, Santa Anna le propuso a Yucatán un tratado que encontró favorable.