Medio Alternativo del Sureste.- 09 de abril de 2015.- Hace alrededor de 4.500 millones de años la Tierra tuvo un encuentro inesperado y de proporciones catastróficas. Nuestro planeta, entonces en formación, chocó contra un planetoide conocido como Theia o Tea. Una nueva y complejísima simulación ve probable que este tipo de colisiones entre gemelos fuera más común de lo que parecen.
Hasta ahora se había probado en diversas simulaciones que de la colisión entre Tea y la Tierra nació la Luna, pero aún existían dudas sobre el choque porque parecía estadísticamente imposible que dos planetas con la misma composición química llegaran a chocar. Según las estimaciones que se manejaban hasta ahora, sólo el 1% de las colisiones son entre planetas del mismo tipo.
Un equipo de astrofísicos del Instituto Tecnológico de Israel y de la Universidad de Burdeos ha podido demostrar que, en realidad, este tipo de colisiones son mucho más habituales de lo que se cree. El estudio, recién publicado en la revista Nature, ha dedicado dos años a elaborar una compleja simulación astrofísica en un superordenador. El objetivo era determinar hasta qué punto la composición química de los objetos que chocan en el Sistema Solar es similar o no.
Para ello, el equipo de astrofísicos calculó cuarenta veces las trayectorias de los 80 objetos y entre 1.000 y 2.000 fragmentos que se cree fueron los embriones de los actuales planetas rocosos más cercanos al Sol, entre ellos el nuestro.
El resultado es sorprendente. La simulación, que se considera una de las más precisas que se ha realzado al respecto, prueba que entre el 20% y el 40% de los objetos que chocaron contra la Tierra hace 4.500 millones de años eran prácticamente iguales químicamente. Aún quedan ciertas dudas que despejar en la composición de algunos elementos químicos como el tungsteno, pero en general, el nuevo estudio pone punto y final a 30 años de debates sobre la naturaleza de Tea, el gemelo que creó la Tierra tal y como la conocemos hoy.