¿Qué es el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño?

0
570

Tal y como nos lo explican los especialistas del portal Otorrinolaringólogos en Mérida, se trata de un trastorno que se caracteriza por episodios de suspensión de la respiración (apnea o hipoapnea), que pueden llegar a tener una duración de entre 9 y 90 seg (en caso de apnea severa o grave), secundarios a la obstrucción parcial o completa de las vías aéreas superiores (VAS) y, que pueden suceder varias veces mientras la persona está durmiendo.

En condiciones normales y en aquellas personas que respiran por la boca, los músculos de la parte superior de la garganta están tensos por lo que sujetan el paladar blando y la úvula, dejando un espacio suficiente para permitir el paso normal del aire hacia los pulmones. Durante el sueño estos músculos se relajan un poco, pero el espacio orofaríngeo aún permanece lo suficientemente abierto como para que el aire siga entrando. El problema aparece realmente en aquellos pacientes que tienen, por diversos motivos, este espacio más estrecho de lo normal, de manera que durante el sueño se produce una mayor relajación de dichos músculos ,haciendo que el espacio orofaríngeo se cierre casi totalmente y, por lo tanto, el aire no puede llegar a los pulmones provocando la suspensión de la respiración.

La Apnea Obstructiva del Sueño normalmente sigue una secuencia determinada, que comienza con ronquidos fuertes poco después de dormirse, los cuales continúan a un ritmo regular durante un tiempo y generalmente se vuelven más intensos, hasta que son interrumpidos por un largo período de silencio durante el cual no hay respiración, período que se conoce como “Apnea”.

Posteriormente dicha apnea es interrumpida por un fuerte resoplido y jadeo y, el ronquido vuelve a retomar su ritmo regular. Estas apneas se repiten frecuentemente a lo largo de la noche, durante las cuales el paciente pasa de una etapa de sueño profundo a otra etapa de sueño más ligero, dando como resultado un sueño fragmentado que resulta muy poco reparador. Como consecuencia de ello se produce la típica “somnolencia diurna”, como uno de los síntomas más importantes y característicos del SAOS. Además, durante las “apneas” disminuye el nivel de oxígeno disuelto en sangre y, si esto se mantiene durante largos períodos de tiempo (hipoxia), puede provocar muchos de los síntomas que aparecen en el paciente durante el día, con lesiones tanto a nivel cardíaco, como pulmonar y neurológico.

CAUSAS

Tal y como hemos descrito para el ronquido, existe una predisposición de algunos pacientes a padecer este trastorno, en función de:

Características anatómicas propias del paciente:

Pobre tono de los músculos de la faringe.

Vías respiratorias superiores estrechas.

Gran tamaño de base de lengua.

Tejido del paladar duro muy grueso.

Tamaño y posición del maxilar inferior: retrognatia o micrognatia.

Paladar blando muy largo y relajado.

Úvula o campañilla larga.

Hipertrofia de cornetes inferiores.

Hipertrofia amigdalar.

Hipertrofia de las vegetaciones, sobre todo en niños.

Desviación del tabique nasal y/ o de la nariz.

Obesidad. La cantidad de tejido adiposo, tanto en el hombre como en la mujer, no tiene una gran influencia en la producción de SAOS, mientras que es mucho más importante determinar la distribución específica de dicho tejido adiposo.

Sobre todo en el caso de hombres de edad media y con sobre-peso presentan un tamaño de cuello muy grueso, que hace que las estructuras de las vías respiratorias estén más comprimidas, dejando menos espacio para la circulación normal del aire. Se debe medir la masa de grasa en el cuello y en la cintura, observándose cuadros severos de SAOS cuando el perímetro del cuello es superior a 50 cm y el de la cintura a 112 cm. Ver Dieta Hipocalórica Mediterránea.

Existe un número de personas, aproximadamente el 40%, que pueden padecer SAOS a pesar de no presentar sobrepeso, aunque en aquellos pacientes que presentan  obesidad mórbida (IMC > 35 Kg/m2) y que padecen SAOS severo, se ha observado una importante mejoría cuando se trata dicha obesidad.

Consumo de tabaco y alcohol, sobre todo por la noche, ya que al ser relajantes musculares aumentan el riesgo de padecer SAOS.

Cenar copiosamente y acostarse antes de que haya transcurrido un mínimo de dos horas.

Consumo de fármacos sedantes e hipnóticos para dormir.

 SÍNTOMAS

Los síntomas más frecuentes del SAOS son:

Ronquido fuerte, que se debe interpretar como sonido de alerta de una posible Apnea.

Cansancio físico, sobre todo al despertar por la mañana.

Somnolencia anormal e injustificada durante el día.

Frecuentes dolores de cabeza matutinos, pesadez de cabeza, etc.

Limitación de la capacidad de atención.

Cierta pérdida de la capacidad de memoria.

Irritabilidad y cambio de personalidad (agresividad).

Impotencia sexual.

En ciertos pacientes pueden aparecer otros síntomas más graves, como son:

Hipertensión arterial, que puede provocar insuficiencia cardiaca del lado derecho.

Miocarditis.

Hypoxemia.

Importante hinchazón de las piernas, cuando es realmente grave.

Realizar ciertas acciones de manera automatizada y sin ser demasiado consciente de ello, con el riesgo que esto puede entrañar.

Ictus.

Convulsiones.

Comportamiento hiperactivo y falta de concentración, sobre todo en niños.

Es importante resaltar que muchos pacientes que padecen SAOS, no guardan recuerdo alguno de los episodios de apnea que han experimentado durante la noche, mientras que son sus familiares o cónyuges los que realmente son conscientes de la existencia de este trastorno.

Al final, el paciente lo único que padece son algunos de los síntomas que se derivan de dicho trastorno, que a menudo y por falta de información, se asocian a otras patologías diferentes.