La mexicana Guadalupe González ha ascendido este viernes al santuario del atletismo mundial con su medalla olímpica de plata en caminata.
Originaria de Tlalnepanta, en el Estado de México, la nueva heroína del deporte latinoamericano fue una boxeadora del peso mínimo que daba ventaja a los rivales en la báscula, razón por la cual dejó de pelear y comenzó a correr los 400 metros para intentar ser como la campeona mundial de 2003 Ana Guevara.
En la vuelta a la pista ‘Lupe’ mostró falta de talento, apenas marcó 58.00 segundos en sus días buenos hasta que una lesión de meniscos la sacó del juego y el médico le sugirió practicar caminata como forma de recuperarse.
Su progresión fue telúrica. En abril del 2013 cubrió los 20 kilómetros en 1h.37:04, en Veracruz, en febrero de 2014 mejoró a 1h.33:42, y el 3 de mayo de aquel año, en la tercera competencia de su vida, implantó plusmarca mexicana con 1h 28:48 en la Copa del Mundo de Taicant, China.
En julio del 2015, Guadalupe resucitó luego de que su cuerpo quedó inerte después de ganar los Juegos Panamericanos y desmayarse en la meta y el pasado 7 de mayo pasado la delgada deportista de ojos pequeños se presentó en la alta sociedad del atletismo al mejorar su tiempo a 1h 26:17 y ganar la medalla de plata en el Mundial por equipos, a sólo 21 segundos de la china Hong Liu.
Este viernes, en el circuito “El Pontal”, al lado de la playa que mostraba un azul mesurado, González le plantó cara a Liu y estaba al lado de la china a 20 metros de la meta, en la que la mexicana se retrasó por apenas dos segundos y con su plata acabó con la sequía de la caminata mexicana de 16 años sin una medalla olímpica “No elegí a la caminata, ella me eligió a mí”, dijo la ingeniera informática que eligió superarse a sí misma de una manera diferente a la de la mayoría de los atletas de su país, alejada del ruido de las redes sociales y de la mano de un humilde entrenador que no vino a Río porque tiene miedo a volar en aviones.