En la actualidad, si usas Netflix en un país tan sólo tendrás acceso al catálogo de ese país (que, como ya hemos visto, varía y mucho según el territorio). Sin embargo, y hasta ahora, si utilizabas un proxy o alguno de los numerosos servicios que simulan que la IP de origen pertenece a otro país, podías acceder al catálogo de éste. Con esto conseguías, por ejemplo, engañar a Netflix para hacerle creer que estabas en Estados Unidos y que te sirviera todas las series y películas que allí tiene disponible.
Lo cierto es que, hasta ahora, Netflix nunca se mostró demasiado interesada en bloquear este tipo de prácticas. Sí, de cara a la galería mantenía que era una práctica no permitida, pero en realidad nunca parecieron interesarse demasiado por evitarla. Ahora el servicio ya es del todo global y, después de cambiar ligeramente los Términos de Uso a comienzos de 2015, parece que desde Netflix se preparan para terminar en serio con estos accesos.
¿Por qué ahora? No es casualidad de que hace tan sólo unos días el servicio se haya convertido en global. Global del todo, con presencia en casi todos los países del mundo excepto en los habituales (por prohibición de EEUU) y China. Tampoco es algo que en Netflix estén demasiado interesados en hacer, pero seguramente aquí los poseedores de derechos hayan insistido en implementar nuevas protecciones contra este tipo de accesos.
De hecho, en Netflix siguen insistiendo en que quieren licencias globales y no tener que ir negociando país a país. Su objetivo a largo plazo es ése y creen que habrá un momento en el que lo lograrán, pero por ahora no les queda otra que cumplir las restricciones que reciben por parte de los propietarios de los contenidos.