Medio Alternativo del Sureste.- Hace poco tuve un incidente con un proveedor de servicios que simplemente no quería hacer un reporte en el formato que yo le pedía. Para mí era un reto tratar de explicarle esto, hasta le sugerí lo que debía cambiarse o agregarse en el reporte, pero fue en vano. No obtuve los datos que quería.
No estaba pidiendo algo imposible, sólo quería que los datos que ya existían se reorganizaran de una forma diferente para que yo (jefa de ventas, ejecutiva y encargada de firmar los cheques) pudiera usarlo y crear mis pronósticos más eficientemente. Era muy simple, o al menos eso pensé.
No podía descubrir cuál era el problema de crear este reporte, hasta que un día desperté y todo tuvo sentido: ¡geometría!
¿Le estaba pidiendo al hombre que hiciera geometría? No, pero estaba solicitándole que arreglara algo de una forma que no era familiar para él. El sujeto protestaba porque era una persona de números y seguro pensó: esta no es la forma en la que debes confiar en los datos.
Howard Gardner enseñó en su libro: Estructuras de la mente: La teoría de las inteligencias múltiples (Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences) que la gente no posee un tipo de inteligencia en especial, sino que tienen varias fortalezas y cada persona carga una mezcla única de éstas.
Muchos de los sabelotodos que tuviste en tu clase de geometría tal vez tienen una inteligencia lógico-matemática. Gardner dice que a ellos les va bien en las operaciones, razonamiento, números, pensamiento crítico y tienen la capacidad de entender “los principios del sistema causal” con lo cual está ligado el razonamiento lógico.
Bueno, yo no sé lo que significa esa frase, así que claramente no soy lógico-matemática. Pero este vendedor si lo era. Yo de hecho me inclino más hacia el tipo de inteligencia interpersonal que Gardner marcó como la habilidad de trabajar bien con otros, ser sensible a sus humores y motivaciones y hacer que cooperen en el grupo.
Claramente estaba fallando en mi propio juego porque nadie estaba cooperando. No podía lograr que esta persona viera lo que quería que creara.
¿Cómo pueden los dueños de negocios darles a los consumidores lo que quieren? La mayoría de los emprendedores construyen sus negocios al revés. Es mejor darles a los clientes lo que creen que necesitan con la inteligencia emocional.
Aquí está mi fórmula para usar la inteligencia emocional y ganar más dinero.
1. Identifica a un público meta que sea lo suficientemente grande para servir, pero establece tu nicho para que no le vendas a todos lo mismo.
2. Entra en sus cabezas e identifica exactamente lo que no los deja dormir.
3. Presenta una solución que aleje a la competencia. Encuentra una alternativa atrevida que funcione.
4. Únete a tus consumidores, dales lo que quieran cuando lo quieran. Punto.
5. A nadie le importa si crees que las hojas de cálculo deben ser de cierta forma. Hazte a un lado superestrella, la gente exitosa en los negocios no se enfoca en sus modos, sino en los del cliente.
Recuerda, la pasión es genial: la mayoría de los emprendedores construyen sus negocios alrededor de algo que los apasiona, lo cual es crucial para la longevidad y éxito de la empresa. No pueden perder de vista a la persona que firma los cheques: el cliente.
La fórmula secreta es comenzar un negocio que te apasione y que ofrezca soluciones de una forma efectiva.
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