Estudiantes de distintos planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tanto de bachillerato como de licenciatura, han reportado una creciente ola de asaltos, intentos de secuestro y acoso, atribuyendo esta situación a lo que consideran una “deficiencia” en la seguridad dentro y en los alrededores de los campus.
Algunos testimonios destacan que, a pesar de la existencia de cámaras, botones de pánico y vigilancia institucional, estas medidas no son suficientes. Estudiantes relatan casos como el de una compañera en la Facultad de Arquitectura que fue víctima de acoso sexual dentro de los alrededores, y otro estudiante que afirma haber sido perseguido para subirlo a un coche al salir por la noche.
En el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, por ejemplo, estudiantes señalan que hay rateros cerca del puente que conecta con el exterior del plantel; también comentan que la vigilancia termina al caer la tarde, cuando la mayoría salen alrededor de las nueve de la noche.
Ante esta situación, alumnos y padres de familia hicieron una marcha silenciosa hacia Rectoría el miércoles 24 de septiembre para exigir acciones concretas: mayor presencia de seguridad, protocolos efectivos, mayor iluminación y vigilancia, que se regule el acceso a los planteles, y especialmente que las autoridades universitarias dejen de emitir promesas y comiencen a implementar soluciones reales.
Por su parte, el rector Leonardo Lomelí Vanegas anunció que se revisarán los protocolos de seguridad. Se convocará a la Subcomisión de Bachillerato de la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario para tratar los acontecimientos recientes, reforzar la colaboración con autoridades y garantizar espacios universitarios más seguros.