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viernes, abril 19, 2024
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    Desinformación y falta de medidas, males pendientes, afirma especialista

    “Es muy egoísta e increíble que a seis meses de la pandemia siga habiendo negación, mala actitud, pacientes que aun ingresados digan que no tienen Covid”, señala el médico internista Mario Arturo Peniche Pavía.

    Él es responsable del área Covid-19 del Centro Médico Pensiones, donde en marzo pasado se atendió a la primera paciente grave del nuevo coronavirus: la yucateca diagnosticada en Canadá.

    El ingreso de la mujer hizo que más de la mitad de los médicos que la atendieron se pusiera en cuarentena, lo que lo llevó al doctor Peniche a atenderla a pesar del miedo natural por tratarse del primer caso en Yucatán de una enfermedad nueva que ya había causado muchas muertes en otras partes del mundo.

    “De allí empezamos con la paciente y nos dio gusto porque pudimos estar desde el inicio de su atención, que luego concluyó en el Seguro Social. La paciente se recuperó y hoy día sigue siendo mi paciente y, evidentemente, me da mucho gusto verla recuperada”.

    A ese caso le siguieron más y a la fecha ha atendido a tantos con la enfermedad pese a que en un principio se planteó que las clínicas privadas serían solo centros de recepción, pero por el aumento de casos y la dificultad de ingresar en hospitales públicos las clínicas habilitaran covitarios.

    “El Centro Médico Pensiones fue multiplicando la atención. Si había dos camas se llenaban, poníamos cuatros y se llenaban… y así fue aumentando hasta tener un mayor número de camas según la demanda de pacientes”, refiere.

    El doctor señala que la atención se volvió un reto, pues el Covid-19 era una enfermedad joven de la cual todavía no había ni hay expertos.

    “Somos médicos que nos hemos dedicado a la atención de pacientes graves, de pacientes críticos y nos hemos entrenado con otras patologías muy parecidas como influenza H1N1, histoplasmosis o neumonías graves”.

    “Debido a ese entrenamiento, a los conceptos teórico y a estar muy pendientes de la literatura médica mundial y las complicaciones que van saliendo, hemos podido manejar Covid”.

    Para entonces todos los hospitales tenían medidas de protección: chemis desechable, un overol encima, tres pares de guantes, dos pares de botas, mascarillas con filtros especiales para mayor protección, caretas. “Toda la protección debida y recomendada por la OMS”.

    En ese sentido, el médico señala que doctores, enfermeras y todo el personal del covitario estaba protegido, pero la situación cambió cuando se desbordó el padecimiento y comenzaron a llegar pacientes con Covid que no tenían etiqueta de coronavirus.

    “Llegaron pacientes con una fractura, un hematoma en el cráneo, con cualquier patología y tenían Covid, incluso llegaron embarazadas con Covid, atendimos mujeres en trabajo de parto con Covid… Y por eso muchos se contagiaron porque, obviamente, el personal de salud tiene un equipo de protección en áreas donde hay pacientes con Covid, pero en otras áreas no, además que algunos trabajaban en otras instituciones”.

    El doctor Peniche señala que a diario en su consultorio se filtran dos o tres pacientes con Covid-19 que siguen sin escuchar las recomendaciones que se dan en los noticiarios y las redes sociales: si tiene síntomas, repórtelo y aíslese.

    “Pero ellos (los pacientes) siguen yendo a consultar con el médico de la farmacia, siguen sacando citas, haciendo cosas no esenciales y evidentemente la cadena de contagios no se rompe

    Asimismo, lamenta que a estas alturas siga habiendo negación o mala de actitud de algunas personas, incluso pacientes y familiares. “Es complicado porque muchos siguen pensando que no les tocará, hasta que les toca o le toca a alguien de su entorno y allí todo cambia”.

    También lamenta que la gente no haya tenido nunca una cultura de prevención. “México ha tenido muchísimos problemas por falta de prevención siempre. Y esta enfermedad solo ha desnudado lo mal que hemos llevado las cosas siempre, lo mal que nos hemos alimentado, lo mal de nuestro estilo de vida”.

    Y es que la enfermedad es tan real que todos los días se sufre. “He visto el sufrimiento en diversas formas. Hemos sentido el sufrimiento todos los días. Sería injusto para mí medir quién ha sufrido más o quién ha tenido la pérdida más dura. Creo que todas las pérdidas, los golpes, todos los sufrimientos no pueden ser medidos”.

    “Evidentemente, como doctor te involucras más con algunos que con otros. Hemos tenido éxitos, pero siempre contamos y nos duele más cuando llevamos la cuenta de quienes no han salido. Son los que siempre han estado en nuestras cabezas (…), hemos tenido casos muy tristes, en lo personal he visto gente que está mal, grave, que yo no la puedo atender y eso me ha dolido más”.

    “Digamos que como centro de atención privada, no puedo ver a todos los pacientes que quisiera, pues he tenido pacientes míos de años que han fallecido en otras clínicas, todo eso es triste y más cuando te da cuenta que no pudo estar con su familia en sus últimos momentos. Hemos tratado de ser sensibles con eso”.

    Por ello, el doctor recomienda a todas las personas a que sigan todas las medidas sanitarias; por ejemplo, al llegar a casa, bañarse y cambiarse de ropa y zapatos antes de estar en áreas comunes. “Algo importante que considero es que hay que proteger a toda la familia, no solo a la familia nuclear”.

    “La desinformación también es un mal porque vemos que todo mundo hace lo que quiere, todo mundo sigue una instrucción de redes sociales, todo mundo escucha que una tía recomienda dióxido de cloro… No hay respeto hacia las instituciones y hacia las entidades de salud. A mí todavía en la consulta me cuestionan. Realmente es complicado y difícil hacerle ver a la gente la realidad del Covid-19”.

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