La Comisión Federal del Comercio de Estados Unidos (FTC) ha investigado, desde 2014, a Herbalife, una empresa dedicada a la venta directa de productos nutricionales. La investigación finalizó el viernes pasado, con un acuerdo alcanzado entre la FTC y Herbalife en el que la compañía se comprometía a pagar 180 millones de euros y a modificar su estructura empresarial a cambio de no ser sancionada.
La institución federal puso en tela de juicio el funcionamiento legal de Herbalife por su estructura similar a la de las estafas piramidales. En concreto, la FTC denunció que los vendedores de la empresa multinivel recibían más ingresos reclutando a gente que dando salida a los productos.
Respecto a los 180 millones de euros que Herbalife tiene que pagar, la sede española de la compañía resalta en declaraciones a este periódico que «no es una indemnización, sino que el pago se efectúa por el acto de conciliación previo al juicio», de esta manera, la empresa, se ha evitado el mismo.
No es la primera vez que Herbalife resuelve un pleito antes de que se celebre: en 2014 accedió a pagar 15 millones de dólares a un tribunal federal de California para escapar de una demanda colectiva que les acusaba de operar con el esquema piramidal, ilegal en la mayoría de los países desarrollados.
En Bruselas, en cambio, la empresa no consiguió zafarse de los tribunales. En 2011, después de 7 años de pleitos, la asociación de consumidores belga Test-Achats consiguió que la empresa fuera condenada por el Tribunal de Comercio de Bruselas que estableció que Herbalife había creado un sistema piramidal ilegal y en consecuencia debía cesar su actividad en el país belga.
Herbalife en México
Las críticas contra la empresa Herbalife parecen no tener impacto en México, ya que el país es uno de sus mayores mercados al representar poco más del 11% de las ventas globales durante 2013.
La compañía de suplementos alimenticios, cuyo modelo de negocio enfrenta fuertes críticas por parte del inversor estadounidense Bill Ackman, alcanzó ventas por 562.4 millones de dólares el año pasado en México, donde comenzó a operar en 1989.
El éxito obedece a la red de vendedores de la compañía en el país, que al cierre del segundo trimestre de este año alcanzaba 64,656 personas.
Los distribuidores adquieren la mercancía en alguno de los 904 centros de venta que existen en México, algunos de ellos en establecimientos Waldo’s, Modatelas y Farmacias Benavides, con quienes Herbalife tiene alianzas para mover sus mercancías a cambio de un porcentaje de las ventas.
Para ingresar como miembro a Herbalife se debe pagar 629 pesos por un kit que incluye dos productos. El asociado obtiene entonces descuentos que van de 25% al 50% en función de su volumen de compra posterior.
“No tenemos una cuota de entrada. No le estamos pidiendo a la gente que pague dinero para reclutarse en Herbalife, para afiliarse, sino que el costo que está pagando la persona es el de esos dos productos y tiene la oportunidad de devolverlos en los siguientes 90 días si no está satisfecho con ellos, o si no quiere seguir siendo distribuidor Herbalife o no tienen interés alguno en la compañía”, explicó el director Jurídico y de Asuntos Gubernamentales de Herbalife México, Octavio Moreno Escárcega.
Hay dos tipos de afiliados. Uno es aquel que solo compra el producto para consumo personal y el otro (el distribuidor) es el que hace compras de productos para revenderlos a precio de lista. En ambos casos, el techo del descuento es de 50%.
El volumen de compra y la capacidad para crear una organización con distribuidores a su cargo determinan las ganancias de una persona, así como los beneficios extras (comisiones o viajes). Las comisiones que puede obtener un vendedor en jefe provienen de un porcentaje de las ventas hechas por distribuidores que integran su organización.
Uno de los escaparates para promover los productos son los Clubes de Nutrición, espacios que habilitan los propios distribuidores en locales comerciales o en sus casas.
Karla Mata Sánchez, quien conoció Herbalife hace 10 años, es uno de los distribuidores activos. “Yo conocí el producto por mi novio porque toda su familia empezó a abrir clubes […], mis cuñadas me decían que me inscribiera y abriera mi club”, relató a CNNExpansión.
Karla se hizo vendedora desde hace cuatro años y afirma tener actualmente 140 clubes funcionando.
Sostiene que hasta el momento no ha tenido problema alguno con la empresa y que, por el contrario, los productos que ofrece han mejorado su salud.
En el otro lado están las fuertes críticas de Bill Ackman, quien ha encabezado la ofensiva con el argumento de que la empresa estafa a los migrantes y a los pobres. El fundador del fondo Pershing Square Capital sostiene que la firma es intrínsicamente fraudulenta al basarse en un sistema piramidal ilegal.